miércoles, 27 de abril de 2016

MENOTTISMO Y BILARDISMO EN EL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO


Por Baku Nico
En el fútbol argentino existe una disputa histórica entre dos sectores que representan dos concepciones estratégicas (y de vida) completamente distintas y encontradas: el menottismo (conjunto de concepciones y propuestas del técnico Cesar Luis Menotti) y el bilardismo (conjunto de concepciones y propuestas del técnico Carlos Salvador Bilardo).
El ideario menottista se basa en un juego prolijo, correcto, atado a las reglas, de fuerte sesgo individual (un “10 fuerte y vistoso”), que despliegue un juego bonito y elegante. Es el futbol “champagne”.

En cambio el bilardismo se basa en unas tácticas más elásticas, que van desde el resultadismo (aguantar el partido, jugar con un solo delantero mientras se va ganando) hasta la ruptura de las normas (el bidón adulterado, los pinchazos con alfiler), ambas en pos del triunfo. Pero no solo, sino que también es el estudio del enemigo (los famosos videos donde se estudiaba a cada jugador rival)
Ambos sacaron campeones a la Argentina:  Menotti en el 78 (de la mano de las fuerzas oscuras que regían a la Argentina) y Bilardo en el 86 (de visitante,  con todo en contra, y logrando vengar simbólicamente la derrota militar de Malvinas en el 82).
Menotti propugnaba un “maradonismo ortodoxo” que no consiguió; Bilardo, sin el culto laudatorio al 10, incluso teniendo discusiones y diferencias con este jugador, logró el maradonismo en sí, el maradonismo bilardista: gol con la mano primero, y luego, el gol del siglo (ambos contra el imperialismo inglés).
Vamos a ver que todo esto también ocurre en el campo revolucionario. (Este es un texto a favor del bilardismo aplicado al movimiento revolucionario, es decir, es un texto a favor de la heterodoxia.
Tiene algo de humor porque es la forma en que más me gusta relacionarme con mis compañerxs, aunque trata temas importantes. A partir de esta distinción futbolística pretendo hablar de lo que ocurre en Kurdistán y otras partes del globo, tocando aquellas cuestiones teóricas que más debate generan).
Antes decía que Menotti propugnaba un maradonismo teórico que solo consiguió Bilardo en la práctica, y sin proponérselo. Esto es porque Maradona hizo carne los preceptos ideológicos y estratégicos del bilardismo.
Aplicado a la discusión sobre el sujeto histórico en la revolución de Kurdistán, podemos decir que la revolución kurda consigue liberar a la clase obrera (el “10 vistoso” de Menotti) sin haberle hecho alabanzas ni loas ni cantos ni poemas (o sea poniéndolo en segundo plano).
En cambio aquellos sistemas que propugnaban un sujeto obrero central (URSS, China, Cuba, etc.), solo consiguieron perpetuar la explotación y la opresión, permutando el saqueo patronal por la explotación estatal, manteniendo la propiedad privada e incluso generando variantes “socialistas” del taylorismo y la súper explotación, las horas extras, etc. (el llamado “stajanovismo”).
En cambio el pueblo kurdo, que no ubica tan centralmente a la clase obrera, o que en todo caso, lo hace a través del situamiento en primer plano de la mujer (trabajadora, proletaria), consigue un desclazamiento, una desproletarizacion real en una sociedad sin clases (el objetivo de todo movimiento comunista).
Todas las personas que visitan Rojava coinciden en la igualdad pareja de sus habitantes (tanto para compartir la riqueza como las carencias). Se ha conseguido un sistema de cooperativas sin patrón y gestión directa de la producción que tiene como premisa la donación de un cuarto de las ganancias a la comuna a la que está adherida la cooperativa.
Esto es o se acerca bastante a lo que lxs anarquistas han denominado “comunismo libertario”, una forma de redistribución y repartición “ciega”, o al menos “tuerta”, no tan atada al cálculo ni al beneficio individual o corporativo, un dar sin esperar a cambio. El intento de establecer servicios gratuitos pareciera cerrar el escenario para la desproletarización.
La expresión “dictadura del proletariado” presenta varios inconvenientes, entre ellos que da a entender que el proletariado (y por lo tanto la burguesía), siguen existiendo prolongadamente en el tiempo. Por tal razón Ernesto Guevara sustituyó tal concepto por el término “construcción del socialismo”.
La alabanza al proletariado (en particular el proletariado industrial), es el primer obstáculo para la liberación del proletariado. ¿Cómo vamos a generar un sistema de liberación del proletariado si nuestras tesis magnifican y alaban su condición proletaria (o sea, su condición de explotado)?
Lxs kurdxs encontraron una respuesta: el proletariado se va a liberar cuando pierda centralidad téorica. No es la única respuesta, hay otra (de raíz antropológica): el proletariado se va a liberar cuando sea una fuerza femenina, es decir, cuando haya abandonado la masculinidad.
No hace falta mucho esfuerzo para darse cuenta de que los que inventaron la teoría de la centralidad obrera eran todos varones. Esto es una forma semiconsciente de autoperpetuarse en el primer plano de la historia.
Si uno ve el “top ten” de los mayores asesinos de la Historia va a ver 10 varones. Pero lo mismo ocurre con con el top 50. Y con el top 100. Hay que correrse del eje. Lxs kurdxs resuelven el problema de la organización económica poniendo a la mujer en el centro de la economía, de las cooperativas y de las comunas.
El problema de la centralidad del proletariado, en particular su variante industrial, está relacionado con el economicismo, otro mal típicamente menottista. La falta de determinada información histórica de la que adolecían los teóricos del siglo XIX, los llevó a consideraciones no del todo exactas, o por lo menos incompletas.
Durante el siglo XX el antropólogo francés Pierre Clastres demostró que hubo imperios (grandes estados) miles de años antes de la roturación de la tierra y el cultivo sedentario. Lo mismo ocurre con el patriarcado, un sistema que ha existido (y aún subsiste) en tribus y federaciones de grupos colectivistas (sin propiedad privada de la tierra y otros bienes).
Es imposible explicar el surgimiento del patriarcado, y llegar al desarrollo de nociones feministas, a través de una visión economicista. Esto se debe a que el ejercicio del poder masculino y patriarcal significa un “goce en sí mismo” para el que lo ejecuta, independiente de variables económicas la mayoría de las veces:
La mayor parte de las veces no se golpea, no se amenaza o no se viola para “explotar mejor” o para “disciplinar aún más el trabajo alienado”; se lo hace por puro ejercicio del poder, por el goce que éste representa.
La mayoría de los teóricos de la nueva izquierda de los 60 y 70 han buscado formas de mantener la teoría de la ganancia del marxismo pero extendiéndola al terreno extra-económico: “capital simbólico” (Bourdieu), “plus de goce” (Lacan) y otras, abordaban la problemática del poder utilizando el aparato teórico marxista.
En lo particular, me cuesta entender cómo un operario que fabrica escarbadientes (y que solo realiza una parte mínima en la fabricación del mismo), tiene más importancia estratégica que un cirujano o un docente.
Mi pensamiento tiende a ubicarlos en una situación de importancia pareja. Propongo que hablemos de proletariado en sentido amplio, o sea de todos los oficios. Desde esa perspectiva, en Kurdistán no falta sujeto sino al contrario: están todos lxs trabajadores en plano de igualdad (dentro de su cooperativa laboral, y políticamente dentro de la comuna).
El capitalismo ha obrado durante el último siglo de manera tal de prevenir revoluciones proletarias triunfantes. Ha dado sucesivos “salariazos” al proletariado industrial mundial de manera de alejarlos de sus compañerxs de clase en el campo, de los parados, de los trabajadores informales, de los trabajadores no calificados, etc.
El capitalismo renuncia a una tasa considerable de plusvalía en forma de sueldos desde donde  intenta lograr pacificación y acatamiento, no sin relativo éxito. Desde ya esto no significa que haya que abandonar a este sector tan importante; al contrario implica cierta creatividad teórica para, sin abandonar las demandas clásicas, repensar puntos nodales de acción.
Por ejemplo, en muchas siderúrgicas, las listas sindicales opositoras (clasistas) operan con relativa libertad y visibilidad, en cambio aquellas agrupaciones que denuncian la contaminación y los casos de cáncer tanto entre la población obrera de la empresa como de lxs vecinxs, se ven obligadas a operar clandestinamente, bajo amenaza de despidos y represalias violentas.
La importancia del aspecto económico (traducido en sueldos, convenios, lucha contra los despidos, etc.) se explica por el simple hecho de que en la economía está en juego nuestra vida (sin comida no vivimos; si no llegamos a fin de mes no vivimos, etc.)
Sin embargo el capitalismo está tan agotado como sistema que diariamente se obligado a poner en práctica formas de explotación de los recursos y las personas que destruyen miles de vidas cotidianamente como producto de la contaminación y el envenenamiento (por ejemplo con el caso del fracking, que requiere del uso de cianuro).
Es importante entender que el capitalismo está obligado a utilizar estos mecanismos destructivos a fin de perdurar en el tiempo. Esto los lleva a una especie de nihilismo corporativo dedicado a la ganancia rápida sin importar siquiera las consecuencias de acá a 20 años.
De esta manera el capitalismo genera, sin proponérselo, insurrecciones revolucionarias comunalistas que tienen como eje la problemática ecológica, esto es, la defensa de los recursos y de la gente.
Por ejemplo la comuna de Keratea, en Grecia (una pequeña villa agrícola que ha conseguido diversos niveles de autonomía del estado y autogestión económica) ha surgido en 2011 como respuesta al intento del gobierno (que intentaba recibir dinero como sea para salir de la crisis) de poner un vertedero para toda la basura europea justo en dicha ciudad.
El pueblo de Keratea se insurreccionó, enfrentando durante meses a la policía, y aprovechó el vacío para poner en pie organismos y proyectos autogestivos con suerte diversa (el más vistoso y triunfante, el de la uva).
La comuna de Atenco, en México, surge como respuesta a la voluntad del gobierno de Vicente Fox de robar 5000 hectáreas de tierra para poner un aeropuerto. Pero sin duda el caso más visible lo constituya la guerrilla nigeriana MEND (Movimiento por la Emancipación del Delta del Níger), una guerrilla comunitarista y ecologica formada por civiles de los pueblos igbo, tallensi y tiv, tradicionales pueblos sin estado del Delta del Níger.
Esta guerrilla MEND durante años ha luchado contra las multinacionales Exxon Mobile, Agip y Shell que operaban en la zona contaminando las aguas del Níger y generando muertes en niñxs y adultxs.
La táctica del MEND es la vieja táctica del luddismo: destruccion de infraestructura. Ellxs no pueden esperar a que ls operarixos de Shell, Exxon Mobile y Agip (que ganan altísimos sueldos, son blancos y viajan en charters para no cruzarse con sus pares negros) se auto organicen, luchen, tomen la planta, formen un comité de empresa y diseñen un mecanismo ecológico de funcionamiento (si es que esto es posible); necesitan acabar con el problema de inmediato.
Entonces un lanzacohetes destruye una tolva. Y chau tolva. No es casual entonces que la variante más reaccionaria e inhumana del ISIS en África (Boko Haram) opere justo en el Delta del Níger, ya que el imperialismo teme que el MEND pueda transformarse en una fuerza revolucionaria anticapitalista en la región.
Pocos años atrás se mostraron públicamente usando banderas negras y rojas e implementando el lema de las brigadas internacionales de España 36: “for our freedom and yours”, por vuestra libertad y la nuestra). Actualmente el MEND es la única fuerza que combate a Boko Haram (los perros defensores de las petroleras) con las armas (igual que lxs kurdxs con respecto al ISIS).
Otra cuestión con la cual podemos enredarnos es con el uso del término “socialismo”. En el marxismo dicha etapa es equivalente a la dictadura del proletariado; pero lxs kurdxs no pueden esperar, no pueden cumplir con lo que dice el reglamento, no tienen tiempo humano para 1) tareas democrático burguesas, 2) socialismo, 3) comunismo.
Necesitan liberarse aquí y ahora, entonces experimentan de manera directa con el punto número 3, con errores y contradicciones, pero lo buscan y en buena medida lo consiguen. Entonces pensar en Kurdistán como algo que puede ir “en vías al socialismo” sería tratar de que desanden parte del camino andado para que recorran de nuevo “el camino correcto”.
El fin del socialismo en Cuba, la ominosa penetración de Coca Cola y Rolling Stones nos llevan a buscar lo que sirve. ¿Y qué sirve? Bueno, la Comuna de Chiapas existe hace 22 años, viven 120.000 trabajadores/as dentro de ella, y no tiene ninguna multinacional, no emplea trabajo asalariado, no tiene presxs políticxs ni un solo caso de fusilamiento interno.
Sin idealizar, se vive en un clima de franca igualdad (nadie tiene un plasma en Chiapas, se equipara para arriba o para abajo pero siempre en forma ecuánime). Un viejo chiste eslavo decía: “¿Cuál es la diferencia entre los dirigentes soviéticos stalinistas y los dirigentes yugoslavos titoístas?, que en la URSS los dirigentes viajan en limusina, en cambio en Yugoslavia el pueblo viaja en limusina a través de sus dirigentes.”
La comuna de Chiapas pone fin a eso, la foto del Sub Marcos con el trapeador de piso pone fin a la jerarquía en los proyectos revolucionarios.
Y no es curioso que este modelo este siendo imitado cada vez más por más y más movimientos (por ejemplo la reciente Comuna de Barbacha, en la Kabylia argelina, una comuna antiestatal y anticapitalista que toma el modelo de Chiapas y se nutre de la tradición histórica de sus organismos asamblearios tradicionales, los aarch).
Otro elemento que tenemos que tomar en cuenta es la tradición organizativa y cultural de los pueblos (lo cual también es un argumento en contra de la centralidad de la teoría revolucionaria).
No es casual que lxs chiapanecxs, oaxaqueñxs, purépechas y otros pueblos en México, lxs bereberes de la Kabylia, lxs kurdxs, lxs igbo y los ancestralmente democráticxs griegxs estén liderando las luchas revolucionarias en el mundo y llevando a cabo sistemas de autogobierno y autogestión en medio de la peor crisis capitalista de la historia.
El capitalismo, para funcionar necesita un alto grado de disciplinamiento (en particular en la industria pesada), y estos pueblos llevan en su historia elementos probatorios de que otro tipo de sociedad, más humana, sana, libre e igualitaria es posible.
Con lo cual la teoría revolucionaria pierde centralidad, y cede su lugar a los hechos. Esto no quiere decir que haya que dejar de hacer teoría revolucionaria: quiere dar cuenta de la imposibilidad de generar una teoría revolucionaria completa. Lxs revolucionarixs tendremos que conformarnos con movernos y actuar solamente con fragmentos de ella.
Nuestros principios bilardistas nos dicen que no sirve de nada perder teniendo la razón. Tenemos que ganar, aunque sea sacrificando un poco los postulados. Tenemos que vencer, aunque sea haciendo un poquito de trampa. Tenemos que triunfar. Como sea.

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