lunes, 30 de mayo de 2016

Sobre la presencia yanqui en Rojava: ¿Tiene razón el Kurdish Question?

Marines yanquis con las insignias de YPG en la ofensiva contra Raqqa, la capital del Califato.

Por Juan Carlos Beica

De acuerdo a una reciente nota escrita por el Kurdish Question en su portal de internet, no habría demasiados inconvenientes en aceptar la intervención de las tropas imperialistas -en la ofensiva contra la Capital del Califato, Raqqa- porque su presencia es aún poco significativa y porque son las milicias kurdas las que tienen el protagonismo central en esta guerra.

La nota, que expresa cierta preocupación y debate entre las filas de quienes apoyan la causa kurda, trata de encontrar argumentos para minimizar las consecuencias de la intromisión imperialista, que lejos de ser “poco significativa” -debido a la mínima cantidad de efectivos involucrados- es, en el plano político, más que audaz y ofensiva.

Para los compañeros del KQ, una de las razones principales del despliegue de tropas terrestres yanquis, es que Obama pretende “mantener su estrecha alianza con Turquía, que está fuertemente opuesta a cualquier tipo de autonomía kurda… una fuerte indicación del compromiso de Washington de no quedar en el lado equivocado del régimen de Ankara.”

Otro argumento utilizado por Kurdish Question es que los Estados Unidos podrían estar “ayudando a las fuerzas de autodefensa por razones de propaganda, o sea para demostrar que la administración de Obama se preocupa por derrotar a Daesh y que el Presidente está tomando la acción militar clara, pero limitada que muchos estadounidenses quieren ver.”

“Ese puede ser el enfoque principal de Washington. Y los efectos a largo plazo que una presencia temporal de Estados Unidos podrían tener en Rojava pueden llegar a ser mínimos. Al mismo tiempo, Rojava podría realmente beneficiarse de este apoyo estratégico - independientemente de las verdaderas intenciones de Washington.”

Desde nuestro punto de vista estas son razones secundarias. La intervención imperialista tiene que ver con otra cuestión fundamental: ¡Están allí para defender sus propios intereses, desplegando soldados para sostener a sus capataces, que son los que aplican -o tratan de hacerlo- sus planes al servicio del saqueo de los recursos y el control geopolítico de Medio Oriente!

Obama, producto de su debilidad -ya que los yanquis no pueden controlar la región de manera directa- se vio obligado a pactar con el gobierno que tiene cierta autoridad en la región, Irán, de manera de convertirlo en el garante de la gobernabilidad y la estabilidad capitalista de toda la zona. Ese acuerdo, que involucra al Papa y a Putin, se denomina “Cinco más Uno”.

El “5+1”, que abrió las puertas de Irán al ingreso de los capitales imperialistas, transformando a ese país en una verdadera colonia, le dio el control del ejército de Iraq a la burguesía shiita ligada al estado teocrático de Irán y le dejó las manos libres a Rusia para sostener al carnicero Erdogan, uno de los aliados estratégicos de Irán en Medio Oriente.

En este marco, la ofensiva sobre Raqqa, más que para aplastar a ISIS, se está llevando adelante con el mismo propósito que los combates contra Faluyah y Mosul en Irak -también apoyados por tropas de EE.UU.-, que es el de fortalecer al eje Bashar, Hezbollah, ejército iraquí e Irán, por lo tanto a varios de los enemigos estratégicos del Confederalismo Democrático kurdo.

Desde nuestra ubicación, de apoyo incondicional a la causa del pueblo kurdo y a la revolución democrática que está llevándose adelante en las tierras de Rojava y tiende a extenderse a otras regiones, alertamos sobre esta situación, haciendo un llamando a la reflexión: ¡Nada bueno va a venir de los principales enemigos de la democracia y el Socialismo!

Nada bueno traerá el fortalecimiento de los enemigos regionales de los trabajadores y los pueblos, particularmente de los kurdos -los regímenes sirios, iraníes e iraquíes- que han declarado fidelidad a una tarea que los unifica, como es la de acabar el Federalismo de Rojava, con la cual coinciden con todas las potencias imperialistas, comenzando por EE.UU.

El pueblo kurdo debe valerse de todos los recursos para pelear, incluido el apoyo aéreo de los yanquis, pero aliándose estratégicamente con los únicos sectores sociales y políticos interesados en llevar hasta las últimas consecuencias la Revolución de Rojava, como son los trabajadores y las masas pobres de Siria, Turquía, Irán e Iraq y las organizaciones de izquierda.

Para eso tienen que apuntar sus cañones en contra de las dictaduras de esos cuatro países, empalmando con los pueblos que las enfrentan y proponiéndoles la salida más consecuente a la barbarie capitalista: la construcción de una Federación Socialista de Medio Oriente, apoyada en la solidaridad internacional, las asambleas y las milicias populares como las de Rojava.

Nota del Kurdish Question con la cual polemizo:
COOPERACION ESTRATÉGICA DE ROJAVA CON EE.UU.

Con las recientemente lanzadas Fuerzas Democrática de Siria (SDF), las ofensivas dirigidas a empujar Daesh (Isis o Isil) fuera de su autoproclamada capital en Raqqa, el mundo ha visto quizá la más estrecha cooperación aún entre los EE.UU. y las fuerzas armadas de Rojava, elevando la pregunta: ¿es un buen ejemplo de desarrollo, malo, o ninguno?

En primer lugar, el contexto

Originalmente, Rojava estaba completamente aislada - y en lo concreto, rechazada - por EE.UU, que parecía mucho más feliz apoyando a las fuerzas chovinistas (ya sean islamistas o nacionalistas) en Siria.

Dos años después de la autonomizacion de Rojava con respecto al régimen de Al Assad en 2012, el vicioso asalto de Daesh sobre Kobani llevó la experiencia revolucionaria de Rojava a la luz en el plano internacional, si es que el impresionante rescate de yezidis de Sengal en Irak en manos de los kurdos revolucionarios no lo había logrado aún el mes anterior.

Con las fuerzas de defensa de Rojava - YPG y YPJ - resistiendo heroicamente a Daesh en Kobani, los EE.UU. ya no podían seguir mirando para otro lado (sobre todo porque los medios de comunicación estaban en el lado turco de la frontera viendo como Daesh avanzada y cómo la Coalición liderada por Estados Unidos no hacía nada contra Daesh).

Como resultado, hubo una mayor cooperación estratégica entre las fuerzas terrestres de Rojava y las fuerzas aéreas lideradas por Estados Unidos desde finales de 2014 en adelante.

Algunos partidarios internacionales de la revolución laica, igualitaria de género, y democrática directa de Rojava comenzaron a sentirse muy incómodos con esta cooperación, en particular con los EE.UU., que desde hace muchos decenios es la primer potencia imperialista en el mundo, haciendo todo lo posible para destruir cualquier movimiento que olía incluso un poco a socialismo.

Esta cautela, por lo tanto, fue completamente justificada. Pero el problema principal era siempre cuánta influencia podría tener en realidad EE.UU. en Rojava. ¿Podría la superpotencia empujar a la región a compromisos con su proyecto político radical?

¿O sólo cooperar con las fuerzas de Rojava en una alianza temporal basada enteramente en derrotar a Daesh que sus propios aliados (y posiblemente incluso su propio servicio secreto) habían colaborado vergonzosamente en crear en un primer momento? Es en este contexto en que se puede determinar el valor (o falta del mismo) de las fuerzas especiales norteamericanas sobre el terreno durante la actual ofensiva en Raqqa.

¿Bueno, malo o ninguna?

Bueno

El territorio de Rojava todavía se encuentra aislado por los bloqueos turcos e iraquíes, lo que significa que sin los brazos y el apoyo aéreo que los EE.UU. puedan proporcionar, las esperanzas de supervivencia de la revolución disminuirían significativamente - aunque Rusia también ha mostrado interés en Rojava en los últimos meses, y potencialmente podría intervenir si el apoyo estadounidense disminuye.

Mientras que una alianza con los EE.UU. puede estar lejos de ser ideal, quizás simplemente se trate de una cuestión de vida o muerte. Mientras tanto, el hecho de que los artículos de la constitución de Estados Unidos han considerado a Rojava digna de apoyo militar - al menos temporalmente - sin duda aumenta sus posibilidades de salir del conflicto sirio intactos.

Y a menos que su proceso político progresista se deteriore de manera significativa como resultado de la alianza estratégica, su supervivencia debe ser vista como algo positivo.

Malo

Las posibilidades de que los EE.UU., dada su trayectoria política exterior histórica lamentable, simplemente "dejen ser a la Revolución de Rojava" son realmente bajas. Mientras que la amplitud de la interferencia dependerá de una serie de factores, Washington casi seguro tratará de animar a la administración Rojava para llevar a cabo ciertos compromisos políticos a cambio de su apoyo.

Si los líderes de Rojava conceden demasiado terreno a los EE.UU., se podría dar el inconveniente de la disminución en el apoyo de cualquier partidario de la política radicalmente democrática de Rojava.

Al mismo tiempo, la presencia de Estados Unidos en Siria también dan tanto a Daesh como a Al Assad la oportunidad de decir: ¡Oye, mira! ¡Los kurdos son marionetas de los cerdos imperialistas!". Los beneficios de esta propaganda para ambas fuerzas nacionalistas e islamistas en Siria podrían ser muy significativos.

Otro punto es que algunas fuerzas menos informadas sobre el terreno pueden comenzar a creer que los EE.UU. son una fuerza intrínsecamente buena para la región, lo que definitivamente no es así.

Tan sólo hay que mirar a los crímenes de guerra anti-kurdos cometidos por aliados súper poderosos de la OTAN en Turquía - que también están atacando Rojava - para darse cuenta de que la verdadera política de Estados Unidos es hipócrita e interesada.

El hecho de que una serie de países (incluida Rusia) hayan abierto oficinas de representación de Rojava y que en los EE.UU. esto no haya ocurrido, es también un fuerte indicador de la renuencia de los EE.UU. para apoyar políticamente a Rojava.

Como Kurdish Question ha señalado recientemente, la declaración de la Federación de Rojava - Norte de Siria del 17 de marzo del año 2016 fue rechazada por casi todos los principales actores en el conflicto sirio, además de Rusia.

Y los EE.UU. fueron uno de estos jugadores. Los funcionarios estadounidenses han dejado claro que no van a respaldar el proyecto político, lo cual es irónico (como mínimo), dado el hecho de que el propio EE.UU. es un país federal.

La gran razón para rehuir la experiencia de esta manera es que Washington aún quiere mantener su estrecha alianza con Turquía - que está fuertemente opuesta a cualquier tipo de autonomía kurda (ya sea en Turquía o en Siria).

Las recientes críticas a los soldados estadounidenses que llevan las insignias YPG en Siria de Ankara, por ejemplo, obligó a un portavoz militar estadounidense a señalar que las tropas estadounidenses no habían sido autorizados a hacerlo, y que habían recibido la orden de retirarlos.

Esta es una fuerte indicación del compromiso de Washington de no quedar en el lado equivocado del régimen cada vez más autoritario de Ankara.

Ninguna

Sopesando todos estos factores, hay aspectos positivos y negativos en lo estratégico, por lo cual es difícil llamar a la cooperación entre Estados Unidos y Rojava "buena" o "mala". En esencia, sin embargo, es probable que unas pocas docenas de tropas de operaciones especiales estadounidenses en el suelo generen muy poca diferencia de todos modos.

La gran mayoría de los combates todavía serán librados por las Fuerzas Democráticas de Siria. La reconstrucción de las comunidades después de la liberación de Daesh todavía será realizada por personas influidas o inspirados por la Revolución de Rojava.

Y la gloria de derrotar a Daesh recaerá sobre las Fuerzas Democráticas de Siria. Cualquier intento por parte de la EE.UU. de tomar crédito para cualquiera de estas cosas sería muy arrogante, y cualquier persona con cualquier sentido vería a través de sus intenciones.

Un punto final. Es muy posible que los EE.UU. solamente estén ayudando a las fuerzas de autodefensa por razones de propaganda - para demostrar que la administración de Obama se preocupa por derrotar a Daesh y que el Presidente está tomando la acción militar clara, pero limitada que muchos estadounidenses quieren ver.

Ese puede ser el enfoque principal de Washington. Y los efectos a largo plazo que una presencia temporal de Estados Unidos podrían tener en Rojava pueden llegar a ser mínimos. Al mismo tiempo, Rojava podría realmente beneficiarse de este apoyo estratégico - independientemente de las verdaderas intenciones de Washington.

Pase lo que pase en los próximos meses, esta alianza estratégica es sin duda un desarrollo del que tenemos que ser precavidos, y cuyo progreso tenemos que seguir con mucho cuidado.

Pero también hay razones para un análisis muy tranquilo y medido de la situación, como para conjeturar las conclusiones que podrían tener algunos de los partidarios internacionales de Rojava dando la espalda a uno de los procesos políticos más progresistas alguna vez desarrollados en el Oriente Medio, e incluso el mundo.

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viernes, 27 de mayo de 2016

¿Está Obama realmente ayudando a los kurdos al promover el avance sobre la Capital del Califato?


Por Juan Carlos Beica
La política de Obama para Siria no es otra que la de centrar sus ataques en la figura del Estado Islámico, ubicándolo como el “enemigo diabólico” a vencer. Mientras tanto, aprovecha para sostener al régimen sirio y negociar la sucesión de Bashar Al Assad por algún personaje un poco más potable que el dictador.
De esa manera se juega a imponer un gobierno más fuerte y “legítimo” que el actual, con un nuevo presidente que, manteniendo la unidad de Siria, les garantice a los monopolios las condiciones elementales para la realización de sus negocios.
El jefe máximo de los Estados Unidos pretende conseguir lo que ya logró en Irán, donde los ayatollas abrieron las puertas del país a la voracidad de las grandes empresas internacionales, que desembarcaron masivamente para saquear sus riquezas.
Para eso Obama concretó el pacto “Cinco más Uno” con Putin, el Papa y los líderes iraníes, un acuerdo con el propósito de “estabilizar” Siria e Iraq utilizando a las milicias pro iraníes de Hezbollah como fuerzas de choque de Bashar y del gobierno iraquí.
La presencia de efectivos yanquis en la batalla por Raqqa no debería ser contradictoria con las intenciones de Obama, que al concentrar su poderío bélico sobre la Capital del Califato aleja la posibilidad de derrotar rápidamente al Estado Islámico, que necesita para seguir fortaleciendo al régimen sirio.
Si los yanquis hubieran querido terminar con esta banda habrían ayudado a los kurdos a cumplir con el propósito de unificar los cantones de Rojava, estrangulando a ISIS mediante el cierre de la única puerta que tiene para entrar a Turquía, cuyo gobierno los aprovisiona y les compra petróleo contrabandeado.
La concentración de guerrilleros kurdos en Raqqa debilita, objetivamente, su presencia en el área que va entre Afrin y Kobane, que es la zona que se debería ocupar para unir los cantones, un objetivo que se podría alcanzar mediante la combinación entre bombardeos de saturación y un gran despliegue de tropas.  
Propinarle derrotas a ISIS en Raqqa y el resto del territorio no está mal, pero la unificación de los cantones mataría “dos pájaros de un tiro”, pegándole un golpe durísimo a dos enemigos de la revolución, ISIS y Erdogan, lo cual constituiría un importante apoyo para el pueblo kurdo que lucha contra el ejército turco.
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Fuera las tropas yanquis de Rojava, la liberación de los pueblos nunca vendrá de la mano de sus carceleros

Efectivos yanquis con las insignias de YPG, a pocos kilómetros de Raqqa, la capital del Califato.

Por Juan Carlos Beica

Días atrás comenzó la ofensiva contra la “Capital del Califato” islámico, la ciudad de Raqqa, una operación que está siendo conducida por las fuerzas kurdas YPG/YPJ, que cuentan con varios miles de combatientes en el terreno dispuestos a echar al Estado Islámico de esa localidad.
En declaraciones posteriores, los voceros del PYD, que es el partido político más importante del norte de Siria o Rojava, aclararon que su intención era ubicar a la región de Raqqa “dentro del sistema federal” que están construyendo en el conjunto de Rojava.
El representante de la ONU para las negociaciones sobre Siria, Staffan de Mistura, rechazó las pretensiones kurdas, manifestando tajantemente que "El cambio de tipo de Estado en Siria, es decir un sistema federal para Siria, no se incluye en la agenda de las negociaciones."
A pesar de que Obama coincide con de Mistura, envió 250 marines para apoyar la ofensiva sobre Raqqa, decisión que no se contradice con el desembarco de otro contingente en territorio kurdo iraquí para entrenar a los “peshmergas”, enemigos del federalismo en Rojava.
Es que la crisis e imposibilidad de ejercer el dominio directo sobre el territorio, junto con las contradicciones que tiene con Turquía o Arabia, obligan a Obama a “poner huevos en diferentes canastas”, tratando de mantener su influencia en la región.
Para eso, el presidente yanqui firmó un acuerdo político -denominado “Cinco más Uno”- con los regímenes de Irán, Siria y el Vaticano, mediante el cual le otorgaron a las fuerzas del estado teocrático de Irán un poder decisivo al servicio de la estabilización capitalista de la región.
La política de Obama profundizó los enfrentamientos con un sector del imperialismo relacionado al conglomerado militar industrial -liderado por un ala de los republicanos- que a su vez tiene relaciones con los gobiernos de Arabia, Turquía, Qatar y otros países del Golfo.
Estas contradicciones favorecieron la lucha de los pueblos de Medio Oriente, particularmente los kurdos, que las aprovecharon, conquistando el norte de Siria y algunas zonas del Kurdistán iraquí, donde están construyendo el “Confederalismo Democrático”.
Obama, enemigo del "Federalismo" kurdo
Más allá de las intenciones de su conducción -que no está decidida a construir el Socialismo ni a romper con la burguesía- el sistema “federal” que promueve es contradictorio con los planes de los capitalistas que combaten en la zona, porque de aplicarse significaría la conquista de libertades democráticas que, por su debilidad, estos no están en condiciones de otorgar.
Obama, Bashar Al Assad, Rohuani y el Vaticano se juegan a imponer gobiernos burgueses “fuertes” o directamente dictatoriales, que mantengan la unidad territorial de Iraq y de Siria, garantizándoles la implementación de planes políticos y económicos al servicio del saqueo de los recursos por parte de las multinacionales que los mandatan.
El envío de marines a Raqqa no es una decisión ajena a estos planes. Las tropas de Obama no están allí para ayudar al pueblo kurdo a liberarse de sus verdugos, sino para condicionar, desviar y boicotear cualquier posibilidad de democratización y de lucha consecuente contra la opresión nacional y social, por lo tanto para atentar contra el "Confederalismo Democrático".
¿Cómo no van a hacer esto los imperialistas yanquis, que son los terroristas más sanguinarios que existen en el mundo… los responsables del asesinato de millones mediante las intervenciones militares directas o como consecuencia de la aplicación de sus políticas de ajuste, saqueo y represión?
¿Cómo no van a hacer esto quienes apoyan a las dictaduras asesinas del pueblo kurdo, como las que encabezan el Sultán Erdogan, los ayatollahs que conducen el estado teocrático de Irán, el carnicero Bashar Al Assad o el cipayo Masud Barzani?
Desde nuestro lugar -de incondicional compromiso con la lucha del pueblo kurdo- nos oponemos a la presencia de militares imperialistas junto a las milicias YPG/YPJ, haciendo nuestras las recientes declaraciones del ministro de defensa de Rojava, Ismet Hassan: "Servimos a los intereses del pueblo sirio y no los de los Estados Unidos o los de Rusia”.
Sus palabras apuntan en el mismo sentido que las del hermano de Saleh Muslim, principal dirigente del PYD. Mustafá Muslim advirtió que “La historia se podría repetir nuevamente y los poderes internacionales dejarán nuevamente de lado a los kurdos una vez que alcancen sus propios objetivos.” 
"El pueblo kurdo debería aprender esta lección de la historia, desconfiando de las grandes potencias… Rusia y Estados Unidos están apoyando ahora a los kurdos, particularmente en Siria, pero solo para conseguir sus propios intereses y objetivos… nosotros podremos vencer a Turquía con el apoyo de los árabes y los kurdos…”
“Los poderes extranjeros siempre utilizaron a los kurdos para su propio beneficio… por eso después del acuerdo Sykes-Picot de 1916 y la Primera Guerra, Alemania, Francia e Inglaterra determinaron la partición del viejo Imperio Otomano para dividir al pueblo kurdo, al cual siempre miraron como una amenaza”. 
La crisis del imperialismo y sus divisiones entre sectores que guerrean entre sí, apoyando a diferentes facciones de las burguesías de Medio Oriente, ha sido una bendición para el pueblo kurdo, ya que le facilitó la conquista de un territorio que no podrían haber alcanzado en otras circunstancias.
Esta situación debe ser aprovechada para continuar avanzando y ayudar al resto de los pueblos a pelear contra sus respectivas dictaduras. Abrirles las puertas a los marines boicotea esa perspectiva y constituye un mensaje nefasto para las masas de Medio Oriente, ya que embellece la figura de Obama y su banda de criminales.
La única manera de impulsar la democratización consecuente es poniéndose al frente de la lucha contra todos los gobiernos burgueses de la región y las grandes potencias que las sostienen. La mejor manera de lograrlo es mediante la construcción del Socialismo, un sistema que se basa en la democracia directa -que promueven los kurdos- pero también en la expropiación de las grandes propiedades y riquezas para ponerlas al servicio de los trabajadores y los pueblos. 

lunes, 16 de mayo de 2016

Ginebra es una trampa imperialista para los kurdos y los pueblos de Medio Oriente

La conferencia de Sulaimani, una reunión desde la cual se pidió ser parte de las conversaciones de "Ginebra".
Por Juan Carlos Beica

Según informaron varias agencias informativas del pueblo kurdo, una conferencia de dos días denominada “Hacia la independencia e identidad kurda en la era de la Globalización”, tuvo lugar en el norte de Iraq -Sulaimani city- en el marco del centenario del acuerdo Sykes-Picot.
Esta reunión contó con la presencia de intelectuales y políticos muy representativos, como el sociólogo e historiador İsmail Beşikçi y varios dirigentes del PUK -partido kurdo iraquí muy influyente en esa ciudad y alrededores-, como Qubat Talabani.
También participaron otros  académicos, el dirigente del PYD de Rojava Saleh Muslim y el lingüista norteamericano Noam Chomsky, quien intervino a través de un video mensaje.  
Luego de abrir la conferencia, el dirigente del politburó del PUK, Mele Bahtiyar, declaró que la “independencia del Kurdistán era el sueño del pueblo kurdo y que los peshmergas junto con las fuerzas guerrilleras debían luchar juntos por ese objetivo”.
Aunque sin nombrarlo, sus palabras iban en contra del presidente del Kurdistán Iraquí, Barzani, quien debido a la relación estratégica que mantiene con el estado turco ha boicoteado cualquier posibilidad de unidad de las fuerzas peshmergas con las milicias del PKK y el PYD.
Bahtiyar criticó a las grandes potencias por utilizar a los “kurdos solo desde una perspectiva militar” reclamándoles un “acuerdo político” mediante el cual reconozcan sus derechos. En ese sentido denunció a “las conversaciones de Ginebra, que eran más que demostrativas de esa actitud”.  
Reafirmando lo dicho Bahtiyar, Qubat Talabani remarcó que los kurdos han tenido y tienen como su principal objetivo la obtención de la independencia, que “tarde o temprano se terminará concretando”.
Saleh Muslim le respondió a quienes criticaron la “declaración constituyente del sistema Federal de Rojava” diciéndoles que estaban “equivocados, ya que esta no significaba la desintegración nacional sino un paso hacia la democratización, un tema que debería discutirse en Ginebra”.
Muslim insistió en que los kurdos del norte de Siria tendrían que estar “presentes en la mesa de discusión, colaborando para conseguir una solución”, aunque, más allá de su ausencia formal, las “conversaciones están teniendo lugar con nuestra presencia por detrás del escenario, ya que todos nos consultan.”
El dirigente del PYD de Rojava terminó su alocución advirtiendo lo siguiente: “nosotros les hemos dicho que queremos participar activamente, pero que algunos poderes están tratando de imponernos una segunda versión del acuerdo Sykes-Picot, algo a lo cual nos opondremos”.
Este pacto secreto, firmado el 16 de mayo de 1916, implicaba la repartición -una vez terminada la Primera Guerra- del imperio otomano entre Inglaterra y Francia con el beneplácito de Rusia. El acuerdo reafirmado sucesivamente en Sevres y Laussane en los años 1920 y 1923.
El sociólogo İsmail Beşikçi se identificó con las palabras de Muslim, lamentándose de que los kurdos y las kurdas, “que constituimos un pueblo de más de 50 millones de personas, estemos divididos por cinco fronteras diferentes” reafirmando la necesidad de “ser parte de la solución de este problema.”
Ginebra no es salida…
El hermano de Muslim -Mustafá- se había anticipado, en los hechos, a esta conferencia, advirtiendo acerca de una “posible traición por parte de los poderes extranjeros, ya que ellos constantemente han traicionado al pueblo kurdo.”
Según dijo el profesor Muslim en una entrevista realizada por periodistas de la agencia Anadolu: “La historia se podría repetir nuevamente y los poderes internacionales dejarán nuevamente de lado a los kurdos una vez que alcancen sus propios objetivos.” 
"El pueblo kurdo debería aprender esta lección de la historia, desconfiando de las grandes potencias… Rusia y Estados Unidos están apoyando ahora a los kurdos, particularmente en Siria, pero solo para conseguir sus propios intereses y objetivos”. 
“Nosotros podremos vencer a Turquía con el apoyo de los árabes y los kurdos…” Agregó el profesor Muslim, quien también dijo que el pueblo kurdo nunca ha perseguido a las minorías étnicas con las cuales convivió, porque “Los kurdos somos gente digna”.
“Los poderes extranjeros siempre utilizaron a los kurdos para su propio beneficio… por eso después del acuerdo Sykes-Picot de 1916 y la Primera Guerra, Alemania, Francia e Inglaterra determinaron la partición del viejo Imperio Otomano para dividir al pueblo kurdo, al cual siempre miraron como una amenaza”. 
“En 1929 apoyaron a Sheikh Mahmoud Hafid -de la familia real kurda- en Sulaymaniyah, pero lo asesinaron cuando alcanzaron sus objetivos… en 1946," Qazi Muhammad, con la ayuda de Rusia, fundó la República del Kurdistán en Mahabad, pero cuando los intereses de Rusia cambiaron, los rusos apoyaron al Shah de Irán y Qazi Muhammad fue ejecutado."
No es casual que sus declaraciones hayan tenido lugar en momentos en que el vocero del Ministerio de Defensa de los Estados Unidos, Peter Cook, advertía a las YPG que no eran “las únicas aliadas de su país, ya que Washington está colaborando con otros sectores".
Cook remató sus dichos, indicando que “EE.UU. continuará cooperando con todas las fuerzas que han demostrado ser útiles en el combate contra ISIS, como los kurdos, árabes, turcos y turcomanos”, aclarando por su existían dudas, de que los imperialistas no cuentan a los kurdos como sus aliados estratégicos, sino como “mano de obra eficiente” para conseguir acabar con sus enemigos en común.
Una vez que esto suceda, Estados Unidos, todas las potencias y los gobiernos de Bashar, Erdogan, Rohuani y Barzani continuarán aplicando el plan político que los unifica, a pesar de sus diferencias tácticas, que va en contra de cualquier posibilidad de “independencia” o “autonomía” por parte del pueblo kurdo.
Es que el federalismo kurdo -con sus asambleas y milicias populares- constituye, más allá de sus límites, un problema para la implementación de las políticas de los monopolios imperialistas que sostienen a los gobiernos regionales, cuyo principal objetivo es garantizar el saqueo de los recursos.
Las grandes potencias y sus lacayos nacionales están preparando -al mismo tiempo que se valen de las milicias kurdas- el terreno para aplastarlas y asimilar a sus elementos más dóciles. Por lo tanto, la única manera de consolidar la autonomía es luchando por la independencia y la construcción de un Estado Kurdo Socialista.
Esta perspectiva debe tomada por las masas de Medio Oriente, empezando por el pueblo sirio que combate a Bashar y los palestinos que hacen lo propio con Netanyahu, de manera de pelear por una Federación de Estados Socialistas que se apoye en el ejercicio de la democracia directa, mediante asambleas populares como las de Rojava.
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domingo, 15 de mayo de 2016

Una mirada crítica sobre el libro de Abdullah Ocalan Orígenes de la Civilización


Por Juan Carlos Beica

Quisiera comenzar explicando que escribo esta crítica desde una ubicación de absoluto compromiso con el que para mí constituye el proceso revolucionario más trascendental que ha tenido lugar en los últimos años: el de los trabajadores y el pueblo kurdo.

Aclaro también mi admiración por sus heroicos y heroicas combatientes y, en particular, por el escritor de este libro Abdullah Ocalan , quien está detenido en la isla-cárcel de Imrali desde hace más de 16 años bajo un régimen de aislamiento que agiganta su figura.

Como militante trotskista del Comité de Solidaridad con Kurdistán reivindico su texto porque considero que aporta conocimientos novedosos acerca de las viejas sociedades mesopotámicas y de su relación orgánica con las que le sucedieron.
Sin embargo también aclaro que no coincido con el método de análisis que utiliza, que desde mi humilde punto de vista, se transforma en una traba para la elaboración de la estrategia más favorable para el triunfo de la Revolución del Kurdistán y Medio Oriente. 
Las “marcas” de la vieja cultura sumeria

Abdullah Ocalan explica que las características fundamentales de los últimos miles de años de “Civilización” humana comenzaron a forjarse en los albores de la sociedad mesopotámica, a partir de los reinos sumerios y asirios entre 5 y seis mil años atrás.

El líder del PKK dice que buena parte de los elementos que allí surgieron se mantuvieron sin grandes cambios a través de los tiempos marcando el rumbo de las sociedades que crecieron a posteriori, incluida la actual, identificada como “Modernidad Capitalista”.
Por todo esto llegó a la conclusión de que el Zigurat -construcción piramidal dentro de la cual funcionaban los organizadores políticos y religiosos de los pueblos sumerios y asirios- jugó el papel de “verdadero útero” de la Civilización moderna.
El vástago gestado por ese órgano vital sería la “Cultura Material”, que se desarrolló a través de los siglos debido a la victoria conseguida contra la “Cultura Ideológica”, que existió en el final del Neolítico apoyándose en la economía agrícola, matriarcal y socialista.
En csintonía con su viejo ideario marxista, Ocalan caracteriza que la “acumulación de excedentes” de las sociedades dedicadas al riego es la causa principal del desarrollo de “la sociedad que se establece en la ciudad y se organiza en forma de Estado de clases…”
De ahí a que la “Modernidad Capitalista” y las sociedades precedentes fueron infectadas por las enfermedades gestadas dentro de esta primera “cultura material”: la “desigualdad social”, la “opresión de las mujeres”, la “explotación”, la “destrucción de la naturaleza”, etc.
Según Ocalan, los primeros testimonios de la lucha contra esta perspectiva, fueron desarrollados en la mitología a través de “escritos sagrados”, verdaderos “relatos de resistencia, que se puede interpretar como una rebelión de la cultura ideológica, una resistencia multidimensional.”
Estos cuentan la lucha de la diosa madre Inanna contra el dios hombre Enki, cuando “se levanta contra el ostracismo de la mujer en prisión doméstica, sometida por el hombre. Las murallas que rodean aquellas ciudades recién fundadas son verdaderos símbolos de esa sublevación”.
Esta primera “pelea social” representaba simbólicamente la que se produjo entre pueblos del norte de la Mesopotamia -lluviosa y sin riego- contra los del sur, plenos de diques y canales de riego construidos alrededor de los zigurats conducidos por los reyes/sacerdotes.  
5900 años atrás la ciudad estado de Uruk materializaba esa contradicción, porque habiendo sido la primera de esas características, mantenía el patrocinio de Inanna, cuya figura se fue opacando en la medida en que avanzaba el desarrollo del comercio, las guerras y las colonias.
Materialismo contra idealismo

Ocalan concluye que la cultura “materialista” no provoca esencialmente contradicciones entre las clases, sino fundamentalmente una gran pelea entre el “materialismo” y la “cultura ideológica”, a la cual también define como “metafísica de los pueblos”.  
Según “Apo” el motor del avance o del retroceso humano ya no sería la “lucha de clases” entre los propietarios de los medios de producción y quienes no son dueños más que de sus fuerzas de trabajo, sino el enfrentamiento entre dos ideologías de signo opuesto.
De esta manera, Abdullah Ocalan enfrenta radicalmente a la escuela marxista, denunciándola como parte de una metodología “positivista” que no serviría ni para entender la realidad ni para cambiarla, adhiriendo a una metodología de carácter idealista.
Para él “concebir a la sociedad como objeto o un fenómeno” constituiría una capitulación, ya que “las instituciones sociales son el producto de la mente humana”, lo cual lo lleva a concluir que tratar de “entender la sociedad en función de la lucha de clases es reduccionista.
También eliminó el papel de la clase obrera como “sujeto” del cambio social que podría dar lugar a la finalización del dominio capitalista, ya que los obreros no estarían exentos del “materialismo” producido a partir del origen de la sociedad sumeria.
Este es un planteo que conduce irremediablemente hacia otra conclusión reaccionaria, como es la posibilidad de impulsar alianzas con sectores de la burguesía, debido a que lo importante no es su carácter de clase sino su “ideología” en abstracto.
La historia demostró que los patrones tienen un gran acuerdo, que no es “ideológico” sino práctico: la necesidad de sostener un aparato monumental al servicio del engaño y la represión -el estado- para defender sus propiedades, negocios y trapisondas.
El único sector social que tiene, también por interés propio, la necesidad de destruir ese estado para poner en pie instituciones nuevas y democráticas, es la clase trabajadora, que para eso debe convertirse en la referencia y la conducción del resto de los sectores oprimidos.
En todo el territorio del Kurdistán -Turquía, Siria, Iraq e Irán- se está produciendo un proceso revolucionario a través del cual las masas comenzaron a levantar organismos con los cuales están comenzando a ajercer el método de la democracia directa.
El lugar más avanzado es Rojavá, donde las asambleas y milicias populares se están erigiendo como el símbolo del auto gobierno. Los pueblos de Medio Oriente están viendo con simpatía esta dinámica, que de extenderse podría tumbar a las dictaduras más reaccionarias.
Para que suceda los jóvenes y mujeres que combaten a los ejércitos de los gobiernos burgueses y las bandas reaccionarias del Estado Islámico o Al Qaeda, tienen que tener en claro cuáles son sus aliados y cuáles sus enemigos, porque una confusión resultaría fatal.
Ocalan denuncia los males de la “Modernidad Capitalista”, relacionándolos, impecablemente, con los que comenzaron a desarrollarse en la época del zigurat summer. Pero no denuncia a la clase que sostiene este sistema -la burguesía- sin cuya derrota no habrá Revolución.
Ocalan explica, perfectamente, la forma en que la mitología mesopotámica interpretó y expresó la lucha de las viejas sociedades matriarcales contra la “cultura materialista” que comenzaron a construir los reyezuelos, los comerciantes y los traficantes de esclavos.
Sin embargo no dice que la mejor manera de combatir y derrotar a los modernos esclavistas, que son los capitalistas, pasa por construir una alianza de los sectores oprimidos -mujeres, campesinos, etnias- con los enemigos irreconciliables de sus verdugos, los trabajadores. 
Los trotskistas consecuentes continuaremos apoyando -incondicionalmente- la lucha heroica del pueblo kurdo, reclamando la libertad de sus presos y la de su líder, Abdullah Ocalan. Eso no nos impedirá levantar posiciones críticas, aunque fraternales, como en este caso.
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El Primero de Mayo y la importancia del verdadero internacionalismo

El dirigente kurdo Sivan Zerdesti hablando en el acto del Primero de Mayo organizado por CS, OS y Tendencia Guevarista, un digno evento de carácter internacionalista, ya que puso en el centro al proceso revolucionario más importante del planeta.

Revolución, Rebelión, Impeachment. La jerarquía de un proceso revolucionario sobre rebeliones y peleas interburguesas

Por Carlos Amarilla
Este 1° de Mayo en Argentina nos encontró en varios actos conmemorando el Día del Trabajador. Más allá de las cuestiones formales, en el fondo lo que se debate es qué es lo importante y que es lo urgente; que es política revolucionaria y que es oportunismo.
Hubo un acto “Internacionalista” contra el Impeachment el 29 frente a la embajada de Brasil, un acto tradicional el 1 de Mayo en la plaza de ese mismo nombre, y un acto más modesto pero trascendental por lo significativo, con un eje internacionalista en el proceso revolucionario de Kurdistán y Medio Oriente ese mismo día a una cuadra, donde hablo el dirigente del PKK  Sivan y organizaciones de izquierda.
Pero más allá de  matices ideológicos y semánticos, hay debates sobre cómo se apoyan las tácticas de lucha, como enfrentar los choques sociales. Pero también se resuelve cómo apoyar movimientos políticos nacional e internacionalmente, del que muchas veces dependen vidas de revolucionarios, por ello no es un tema menor.
A continuación describo los tres principales hechos del momento que generan polémica y una conclusión preliminar para pensar:
IMPEACHMENT
No hay que ser un experto para caracterizar la jugada de la oposición brasilera, "pinchada" como dirían en Argentina por EE.UU. que quiere asegurar su "patio trasero" en vista a las pujas interimperialistas. Sus objetivos  son Rusia, China, e indirectamente la UE, inclusive contra sus aliados históricos de la región como Turquía, Arabia Saudita e Israel que se toman "algunas licencias" por la debilidad misma del imperio yanqui.
Estos "golpes blandos" empezaron con Zelaya en Honduras, Lugo en Paraguay y se intentó en Venezuela, a través de la misma "democracia burguesa".
Es cierto que el principal objetivo es destruir al PT, que alguna vez fue progresivo porque significó que los trabajadores podían pensar en hacer política (pero con una dirección históricamente vacilante), que con el tiempo su estrategia de conciliación de clases lo fue llevando a la deriva.
Se terminó convirtiendo en la "pata izquierda" del régimen, que terminó pagando la deuda externa puntillosamente y con el concepto ampliado de" trabajador" hacia los mismos explotadores empresarios que históricamente hambrearon a su pueblo.
Al final terminaron involucrándose con diversos partidos tradicionales (nada progresivos), religiosos, y que no se privó de reprimir cuando lo creyeron necesario. Luego del escándalo de los sobreprecios y la corrupción,  terminó con  un final a toda orquesta.
Pero el ataque de la derecha no lo hace más progresista en sí mismo, por ello ponerse incondicionalmente contra el Impeachment cuando sólo es una posibilidad más que una realidad es sugerir que el PT es progresivo, porque ni siquiera está definida su situación, es más, puede revertirlo dentro del sistema .
En rigor es una AMENAZA hacia la clase obrera que no está materializada todavía y es una situación que no es revolucionaria ni mucho menos, pero que tiene a la clase obrera como sujeto social, con una dirección conciliadora que tranquilamente podría pasar como un partido patronal. La posición en primera instancia es A LA DEFENSIVA de los trabajadores.
REBELIÓN
Francia fue una de las catalogadas "aristocracias obreras" hasta los atentados cuando sólo se veían amenazas de explosiones, miedo y grupos de ultraderecha.
"Repentinamente" nos desayunamos con que no sólo Hollande se propuso aplicar un furibundo ajuste, sino que hubo una virulenta reacción de la clase obrera, el estudiantado y los inmigrantes.
El fenómeno del "anticapitalismo" (que no es necesariamente obrera ni socialista) creemos que no viene de un repollo, es producto de una tradición de lucha en el país de la "Comuna de París", de sus conquistas sociales más destacadas, del Mayo Francés y discusiones del más alto nivel de sus prestigiosas  universidades.
Los trabajadores y estudiantes franceses desprejuiciadamente buscan una alternativa al capitalismo pero no se materializa en una clara dirección revolucionaria. Aunque hay embriones de asambleas populares o soviets con enfrentamientos directos contra las fuerzas represivas, éstas le dan un marco de una situación efervescente que puede llevar hacia un estallido social.
Es una situación defensiva que pasó hacia una contraofensiva pero chocan a menudo con sus direcciones socialdemócratas, "comunistas" ( neo estalinistas) y  filo trotsquistas. Pero para ser una situación revolucionaria hay un largo camino, FALTAN DOBLE PODER, SOVIETS Y UNA DIRECCIÓN QUE ASPIRE A CUESTIONAR  A HOLLANDE Y AL ESTADO FRANCÉS.
REVOLUCIÓN
Kurdistán (que tiene parte de TURQUÍA, SIRIA, IRÁN, IRAK y más allá) es parte de un proceso que comenzó con la "Primavera Árabe", que en la región se dio de una manera insurreccional pero espontánea (algunos dicen que el imperialismo le dio el empujón que faltada sobre todo en los aliados históricos de Rusia) y fue muy desorganizada.
El movimiento kurdo sin embargo, es una excepción porque viene de una larga lucha reivindicativa de más de 40 años, que ha logrado formar una dirección muy determinada como el PKK y que asociado a los partidos en el HDP (aunque con muchas contradicciones) sufren una feroz represión estatal.
La onda expansiva de la "Primavera Árabe" dejó abierto un proceso en las zonas kurdas de sus países opresores, especialmente en Siria y Turquía. En el primero comenzó como una revuelta dentro de ese proceso; pero luego logró una autonomía de hecho que se transformó con el tiempo en una Federación, no sin influencia del PKK de Bakur (Turquía) y el PYD en Kurdistán Oeste (Siria).
Ésta amenaza trasladarse íntegramente ese proceso a Turquía, donde posee regiones de doble poder,  autodefensas, pero sufre una represión desproporcionada y cruel. Así y todo, esta situación no amedrenta al pueblo kurdo que vive en Turquía, que se encuentra en medio de varias crisis interimperialistas, guerras y genocidio.
A pesar de la política pro occidental del HDP y del tan referenciado "chauvinismo" de la "aristócrata" de la clase obrera turca, ésta fue reprimida por igual junto al  movimiento kurdo, inclusive hubo un muerto en la conmemoración de este mismo 1° de Mayo.
Ésta resistencia amenaza con voltear a Erdogan y el partido AKP, a pesar del pesimismo de sus direcciones e inclusive de la izquierda que se reclama revolucionaria a nivel internacional, pero aun así  la dinámica va hacia una confrontación inevitable.
En síntesis tiene todos los condimentos de una revolución en un sentido amplio, o (más estrictamente), es un proceso revolucionario al que sólo le falta una dirección inobjetablemente revolucionaria para llamarse REVOLUCIÓN con todas las letras.
CONCLUSIONES
La revolución, por más que sea "asiática"(como se la llamó alguna vez a la revolución kurda), lejana y difícil no deja de ser una revolución, ninguno de los grandes de la izquierda y el marxismo se privaron de intervenir en cada proceso por pequeño y lejano que sea.
Vietnam (se cumplieron 41 años recientemente  de la retirada yanqui) es un testimonio claro cuando derrotó al imperialismo norteamericano en su mejor momento, con movilizaciones apoyadas por un gran movimiento antiguerra inclusive en los países imperialistas como EE.UU mismo.
Vietnam estaba otro lado del globo y tampoco su escaso territorio fue motivo de menosprecio, de hecho la gran "Comuna de París" se realizó en una CIUDAD, que era la capital de Francia, si esa es la objeción.
Por estos motivos al comparar el caso de Francia decimos que hay un proceso muy profundo de debates teóricos que explotaron con el ajuste de Hollande. Pero (como internacionalistas que somos) no nos quedamos como si hubiese sucedido un "accidente" o una "reacción inesperada".
Creemos que la crisis capitalista, la "Primavera Árabe" y sobre todo la contraofensiva kurda que comenzó con Kobane,  puso en discusión alternativas del sistema aunque no sea más que declamatorias.
Ésta animó a las masas en un país imperialista como el francés, que tiene un rol protagónico por su intervención en Siria, los refugiados, el Isis, y como broche una comunidad kurda muy activa que no por casualidad tiene su central en París, (allí asesinaron a las tres dirigentes del PKK ). Francia hoy por hoy está en un pico de la lucha de clases a nivel mundial, de eso no cabe dudas por su intensidad y por su nivel cualitativo.
En cambio en el caso de la clase obrera, popular y campesina de Brasil, tiene una amenaza que viene desde la puja interburguesa, que puede llevarlos a una confrontación de clases, por ahora es sólo eso, una puja entre intereses de partidos decididamente patronales.  
Por este mismo motivo, el límite entre el sectarismo y el oportunismo es una línea muy delgada con respecto a la política hacia el PT.
Es cierto que las centrales sindicales y el movimiento obrero estuvieron mayoritariamente en ese partido HISTÓRICAMENTE, pero hoy por hoy esto está en duda y  queda a una casi imperceptible distancia del seguidismo y el embellecimiento demasiado cercano al lema "lo progresivo contra lo peor". Y el PT tiene recursos dentro del sistema para sortear y salir fortalecido de este brete.
Pero ninguno de estos fenómenos se acerca a un proceso revolucionario, en este caso el que está sucediendo Kurdistán. Es cierto que se piden muchos requisitos para definir una situación como revolucionaria. Pero de hecho cumplió con ellos y es más, entró en una recta final de revolución-contrarrevolución, sobre todo en la zona de Bakur (Turquía).
Y en Siria muchas de las discusiones antisistema se potenciaron con la experiencia de Rojava, que aunque tiene muchas interrogantes todavía, pero abrió una discusión sobre la posibilidad de otro sistema que no sea el capitalismo y el individualismo.
En los otros artículos anteriores describimos las limitaciones del fenómeno de Rojava, pero no deja de ser un hito no sólo ésta experiencia, sino cualquier revolución que se precie de tal.
Para los revolucionarios el proceso de Kurdistán debería ser "SU" prioridad, aunque más no sea  interviniendo desde el aporte teórico. Ni hablar de los que tiene representación parlamentaria, porque hasta partidos socialdemócratas o simplemente grupos de indignados europeos se pronunciaron en sus cámaras, en las calles y mediáticamente. Lo mismo  que figuras artísticas y deportivas internacionales
En este contexto no deberíamos descuidar a la mayor comunidad kurda de Europa que está en Alemania en un país que tiene de dos millones de kurdos y una polarización social muy fuerte que podría ser decisiva su comunidad tanto cualitativa como cuantitativamente. Además tiene a sus gobiernos muy unidos directamente por sus políticas y sus negocios.
Para finalizar, si lo que verdaderamente se quiere es que no “triunfe la derecha” en Brasil y Francia lo mejor es que puede pasar es que triunfe una verdadera revolución en Medio Oriente en este momento, especialmente en Kurdistán donde hay una situación de no-retorno, con los imperialismos en vela tratando de apagar el fuego en una zona estratégica y un pueblo determinado y organizado que busca una dirección revolucionaria, por eso mismo es clave.
La primer gran tarea debería  empezar por discutir programas, acciones cada vez más protagónicas de los partidos revolucionarios, disputar la dirección a los centristas y conciliadores de clase, para dar ánimo y poner a la ofensiva no sólo al proletariado y las clases populares, sino a la revolución mundial y no pelear solamente luchas defensivas , parciales y mucho menos entre facciones interburguesas.
Revolución, Rebelión, Impeachment, cada uno en su conciencia sabrá que política es la importante, y cuál es la urgente...

sábado, 7 de mayo de 2016

Conversaciones de Ginebra, ¿Un nuevo tratado de Lausanne?

Por Martín Romero
En la foto: John Kerry, Staffan de Mistura y Sergei Lavrov en Ginebra
No voy a detenerme en esta nota a analizar detenida y cronológicamente el contenido de las llamadas “Conversaciones de Paz de Ginebra”. Al contrario: luego de hacer un brevísimo repaso de las partes y algunos de sus condicionamientos volcados en la mesa, pondré énfasis en quienes quedaron afuera, concretamente a la representación kurda y de sus aliados, el porqué de ello y lo que podría suscitar la participación en unas negociaciones que poco tienen que ver con los deseos y las necesidades de los pueblos de la región, sino más bien con los intereses de sus verdugos.
A pesar del fracaso de las llamadas “Conversaciones de Paz de Ginebra” anteriores, las potencias imperiales continuaron buscando mecanismos para poner fin a la crisis siria. Las partes, representadas por el régimen de Bashar al-Ásad y la Coalición Nacional Siria solo han avanzado en un frágil alto al fuego, que extraoficialmente se rompe día a día, pero que ha reducido los enfrentamientos en algunas zonas. Las posturas parecieran indeclinables. Desde el oficialismo se exige a la oposición la entrega de las armas y la subordinación al régimen, y desde la oposición se reclama la salida de Ásad y la desarticulación del baazismo.
También hay que destacar que la oposición, incorrectamente titulada como “moderada” por algunos sectores que se hacen eco en los medios, está compuesta por grupos integristas sunnitas, que ponen en duda cual será el futuro de las minorías en Siria. Por todo eso, estamos en condiciones de asegurar que ninguno de los dos mas reconocidos bandos de la guerra es trigo limpio. Es más, a un lado y al otro se han cometido numerosos crímenes y violaciones a los derechos humanos. Bombardeos a viviendas, asesinatos contra la población civil, torturas, encarcelamientos y demás aberraciones, compartidas con los terroristas de Daesh (el Estado Islámico, o ISIS) y el Frente al-Nusra.
A pesar de todo eso, la supuesta Comunidad Internacional (mejor dicho, el imperialismo) y los medios hegemónicos de comunicación legitiman al régimen y a la CNS como los dos bandos que deben ponerse de acuerdo. ¿A quiénes han dejado afuera de las negociaciones? A Daesh y al-Nusra (al-Qaeda), y también a los kurdos.
Como ya está demostrado a esta altura, las consecuencias de la guerra que “importan” a dichos países no son las que sufren los pueblos, sino las políticas, las geoestratégicas, o directamente, las económicas. Un factor importantísimo es la crisis de los refugiados, que en millones han huído de los enfrentamientos, buscando llegar a zonas seguras, y una buena parte ha fijado destino en Europa. Ante estos hechos, la Unión Europea, principalmente Alemania por ser el centro de poder económico de dicho bloque, ha negociado con el gobierno de Turquía una suerte de “contención”, basada en represión y control, algo que el estado turco es proclive a hacer, incluso con los propios turcos y las minorías étnicas. De esta forma, el gobierno de Erdoğan ha obtenido un paliativo para los problemas económicos de Turquía, y su chantaje hacia los aliados europeos ha rendido sus frutos con la obtención de 6 mil millones de euros como moneda de cambio para “contener” a la ola de refugiados.
Turquía tiene sus patas metidas en el conflicto sirio desde el inicio, de la misma forma que las monarquías saudí y del Golfo. Los EEUU, Rusia e Irán han intervenido de lleno también, apoyando a distintos bandos (en el caso de Washington, estos “apoyos” han sido fluctuantes y cambiantes). La cambiante coyuntura, de acuerdo a la correlación de fuerzas de los actores sobre el terreno ha condicionado las estrategias de las potencias de acuerdo a dos factores primordiales: El rol del régimen y el rol de los kurdos.
Los EEUU, quienes han sido los más cambiantes, han pasado de buscar la caída del régimen a considerarlo como un “mal necesario” para la estabilidad del país y para la neutralización de grupos armados sobre los que no tiene control directo. En la actualidad, solo se remiten a sugerir que, si bien es necesaria la salida de Bashar al-Ásad, el baazismo debe formar parte de la política interna siria. La Casa Blanca también ha comenzado a ver al gobierno de Erdoğan como un escollo a la solución del conflicto y la estabilidad por sus pretensiones regionales, y ha intentado persuadir al presidente turco para que no intervenga directa y militarmente en suelo sirio.
En cambio, Rusia e Irán se han mostrado desde el inicio como pilares del régimen baazista, y la intervención militar rusa, a pedido formal de Damasco, ha otorgado aire vital a Ásad y sus fuerzas sobre el terreno, que se traslada a la arena política de cara a las negociaciones. Unidades iraníes, así como también milicias chiíes y el Hezbollah libanés han tomado parte de los principales combates del lado del régimen, siendo ellos mucho mas efectivos en las acciones que las propias unidades del Ejército Árabe Sirio.
El segundo factor, sobre el rol de los kurdos de Rojava (también llamado por algunos como “Kurdistán Sirio”), es mucho más interesante, porque el único consenso que despiertan entre los EEUU y Rusia, es que son un factor clave. Otro consenso que han generado los kurdos (a esta altura, ya podríamos hablar de “kurdos y aliados”) es el de la superación de algunas de las pronunciadas diferencias entre Irán y Siria con Turquía, que abierta y secretamente han abordado sus respectivos problemas con las minorías kurdas en dichos países, y han acordado unánimemente dilapidar sus aspiraciones.
Fiel testimonio directo de esto es la pasada reunión entre los presidentes Rouhani y Erdoğan, donde acordaron enfrentar a enemigos comunes bajo motes de “separatismo” y “terrorismo”, y que tuvo extensiones manifiestas al otro lado de la frontera, con el ataque fallido de fuerzas assadistas contra milicianos y civiles kurdos en Qamishlo y bombardeos de la Fuerza Aérea Siria al barrio kurdo de Alepo, Şêxmeqsûd. Sin embargo, esa situación chocaría en parte con los intereses de las principales potencias que, como siempre, buscan dividir para reinar. Por eso es común escuchar al canciller ruso Lavrov pedir al cuerpo presidido por Staffan de Mistura que haga lugar a la participación de las fuerzas políticas de Rojava en las negociaciones de Ginebra. También los EEUU, aunque no tan abiertamente por condicionamiento de parte de sus aliados (principalmente Turquía), pero si mediante funcionarios de segunda línea que han sostenido posturas similares en declaraciones a algunos medios internacionales.
¿Por qué los EEUU y Rusia quieren a los kurdos en la mesa? Para aplastarlos, pero no a ellos como etnia, sino a su revolución. Como ya sabemos, los kurdos y sus aliados no son un simple actor mas, que busca quedarse con el botín de guerra o el poder político. En Rojava hay una revolución multiétnica, feminista y ecologista en marcha que no cuadra con las aspiraciones ni del imperialismo yanqui o ruso, ni con las de los regímenes regionales, como el baazista de Siria, el conservador de Turquía y el teocrático de Irán, todos ellos autoritarios y represivos (*).
 Aquí entra en juego una contradicción contrarrevolucionaria, porque el imperialismo aboga por un reconocimiento como actor clave de los kurdos, siempre que se respete la subordinación a los estados en que se encuentran forzosamente divididos y oprimidos. Por otra parte, los aliados regionales del imperialismo encarnados en los regímenes anteriormente citados, ya no por cuestiones geoestratégicas sino internas, no solo quieren aplastar la revolución, sino someter a los kurdos para evitar un “efecto contagio” en otras minorías oprimidas.
El título-cuestionamiento de la nota nos lleva a buscar respuestas sobre a quienes les conviene la participación de una delegación de Rojava en Ginebra. Al parecer, sólo sería posible dicha participación si se bajaran las banderas, resignando las aspiraciones revolucionarias, principalmente la declaración de autogobierno, transformando a Ginebra en un nuevo Lausanne para los kurdos. Algo que, a esta altura y con el correr de los hechos, los pueblos del Kurdistán Occidental no parecen estar dispuestos a hacer.
Cabe recordar que con la declaración de la Administración Federal de Rojava y el Norte de Siria se levantaron todas las voces en contra. Damasco, la Coalición Nacional Siria (oposición), Teherán, Ankara, Washington y Moscú salieron al cruce por considerar que la misma atentaba contra la unidad territorial de Siria, conformando un “Frente amplio contrarrevolucionario” para la ocasión. Las Conversaciones de Ginebra significan el reparto del poder político y, por extensión, territorial a los distintos grupos beligerantes, siempre condicionado a los intereses del imperialismo.
(*) No se tuvo en cuenta a Irak, por ser diferente la situación allí con respecto a los otros tres estados. Si bien existe el Gobierno Regional del Kurdistán, este es títere de la OTAN, tiene lazos con Turquía y es contrario a las aspiraciones de libertad y autodeterminación del pueblo kurdo.