lunes, 30 de mayo de 2016

Sobre la presencia yanqui en Rojava: ¿Tiene razón el Kurdish Question?

Marines yanquis con las insignias de YPG en la ofensiva contra Raqqa, la capital del Califato.

Por Juan Carlos Beica

De acuerdo a una reciente nota escrita por el Kurdish Question en su portal de internet, no habría demasiados inconvenientes en aceptar la intervención de las tropas imperialistas -en la ofensiva contra la Capital del Califato, Raqqa- porque su presencia es aún poco significativa y porque son las milicias kurdas las que tienen el protagonismo central en esta guerra.

La nota, que expresa cierta preocupación y debate entre las filas de quienes apoyan la causa kurda, trata de encontrar argumentos para minimizar las consecuencias de la intromisión imperialista, que lejos de ser “poco significativa” -debido a la mínima cantidad de efectivos involucrados- es, en el plano político, más que audaz y ofensiva.

Para los compañeros del KQ, una de las razones principales del despliegue de tropas terrestres yanquis, es que Obama pretende “mantener su estrecha alianza con Turquía, que está fuertemente opuesta a cualquier tipo de autonomía kurda… una fuerte indicación del compromiso de Washington de no quedar en el lado equivocado del régimen de Ankara.”

Otro argumento utilizado por Kurdish Question es que los Estados Unidos podrían estar “ayudando a las fuerzas de autodefensa por razones de propaganda, o sea para demostrar que la administración de Obama se preocupa por derrotar a Daesh y que el Presidente está tomando la acción militar clara, pero limitada que muchos estadounidenses quieren ver.”

“Ese puede ser el enfoque principal de Washington. Y los efectos a largo plazo que una presencia temporal de Estados Unidos podrían tener en Rojava pueden llegar a ser mínimos. Al mismo tiempo, Rojava podría realmente beneficiarse de este apoyo estratégico - independientemente de las verdaderas intenciones de Washington.”

Desde nuestro punto de vista estas son razones secundarias. La intervención imperialista tiene que ver con otra cuestión fundamental: ¡Están allí para defender sus propios intereses, desplegando soldados para sostener a sus capataces, que son los que aplican -o tratan de hacerlo- sus planes al servicio del saqueo de los recursos y el control geopolítico de Medio Oriente!

Obama, producto de su debilidad -ya que los yanquis no pueden controlar la región de manera directa- se vio obligado a pactar con el gobierno que tiene cierta autoridad en la región, Irán, de manera de convertirlo en el garante de la gobernabilidad y la estabilidad capitalista de toda la zona. Ese acuerdo, que involucra al Papa y a Putin, se denomina “Cinco más Uno”.

El “5+1”, que abrió las puertas de Irán al ingreso de los capitales imperialistas, transformando a ese país en una verdadera colonia, le dio el control del ejército de Iraq a la burguesía shiita ligada al estado teocrático de Irán y le dejó las manos libres a Rusia para sostener al carnicero Erdogan, uno de los aliados estratégicos de Irán en Medio Oriente.

En este marco, la ofensiva sobre Raqqa, más que para aplastar a ISIS, se está llevando adelante con el mismo propósito que los combates contra Faluyah y Mosul en Irak -también apoyados por tropas de EE.UU.-, que es el de fortalecer al eje Bashar, Hezbollah, ejército iraquí e Irán, por lo tanto a varios de los enemigos estratégicos del Confederalismo Democrático kurdo.

Desde nuestra ubicación, de apoyo incondicional a la causa del pueblo kurdo y a la revolución democrática que está llevándose adelante en las tierras de Rojava y tiende a extenderse a otras regiones, alertamos sobre esta situación, haciendo un llamando a la reflexión: ¡Nada bueno va a venir de los principales enemigos de la democracia y el Socialismo!

Nada bueno traerá el fortalecimiento de los enemigos regionales de los trabajadores y los pueblos, particularmente de los kurdos -los regímenes sirios, iraníes e iraquíes- que han declarado fidelidad a una tarea que los unifica, como es la de acabar el Federalismo de Rojava, con la cual coinciden con todas las potencias imperialistas, comenzando por EE.UU.

El pueblo kurdo debe valerse de todos los recursos para pelear, incluido el apoyo aéreo de los yanquis, pero aliándose estratégicamente con los únicos sectores sociales y políticos interesados en llevar hasta las últimas consecuencias la Revolución de Rojava, como son los trabajadores y las masas pobres de Siria, Turquía, Irán e Iraq y las organizaciones de izquierda.

Para eso tienen que apuntar sus cañones en contra de las dictaduras de esos cuatro países, empalmando con los pueblos que las enfrentan y proponiéndoles la salida más consecuente a la barbarie capitalista: la construcción de una Federación Socialista de Medio Oriente, apoyada en la solidaridad internacional, las asambleas y las milicias populares como las de Rojava.

Nota del Kurdish Question con la cual polemizo:
COOPERACION ESTRATÉGICA DE ROJAVA CON EE.UU.

Con las recientemente lanzadas Fuerzas Democrática de Siria (SDF), las ofensivas dirigidas a empujar Daesh (Isis o Isil) fuera de su autoproclamada capital en Raqqa, el mundo ha visto quizá la más estrecha cooperación aún entre los EE.UU. y las fuerzas armadas de Rojava, elevando la pregunta: ¿es un buen ejemplo de desarrollo, malo, o ninguno?

En primer lugar, el contexto

Originalmente, Rojava estaba completamente aislada - y en lo concreto, rechazada - por EE.UU, que parecía mucho más feliz apoyando a las fuerzas chovinistas (ya sean islamistas o nacionalistas) en Siria.

Dos años después de la autonomizacion de Rojava con respecto al régimen de Al Assad en 2012, el vicioso asalto de Daesh sobre Kobani llevó la experiencia revolucionaria de Rojava a la luz en el plano internacional, si es que el impresionante rescate de yezidis de Sengal en Irak en manos de los kurdos revolucionarios no lo había logrado aún el mes anterior.

Con las fuerzas de defensa de Rojava - YPG y YPJ - resistiendo heroicamente a Daesh en Kobani, los EE.UU. ya no podían seguir mirando para otro lado (sobre todo porque los medios de comunicación estaban en el lado turco de la frontera viendo como Daesh avanzada y cómo la Coalición liderada por Estados Unidos no hacía nada contra Daesh).

Como resultado, hubo una mayor cooperación estratégica entre las fuerzas terrestres de Rojava y las fuerzas aéreas lideradas por Estados Unidos desde finales de 2014 en adelante.

Algunos partidarios internacionales de la revolución laica, igualitaria de género, y democrática directa de Rojava comenzaron a sentirse muy incómodos con esta cooperación, en particular con los EE.UU., que desde hace muchos decenios es la primer potencia imperialista en el mundo, haciendo todo lo posible para destruir cualquier movimiento que olía incluso un poco a socialismo.

Esta cautela, por lo tanto, fue completamente justificada. Pero el problema principal era siempre cuánta influencia podría tener en realidad EE.UU. en Rojava. ¿Podría la superpotencia empujar a la región a compromisos con su proyecto político radical?

¿O sólo cooperar con las fuerzas de Rojava en una alianza temporal basada enteramente en derrotar a Daesh que sus propios aliados (y posiblemente incluso su propio servicio secreto) habían colaborado vergonzosamente en crear en un primer momento? Es en este contexto en que se puede determinar el valor (o falta del mismo) de las fuerzas especiales norteamericanas sobre el terreno durante la actual ofensiva en Raqqa.

¿Bueno, malo o ninguna?

Bueno

El territorio de Rojava todavía se encuentra aislado por los bloqueos turcos e iraquíes, lo que significa que sin los brazos y el apoyo aéreo que los EE.UU. puedan proporcionar, las esperanzas de supervivencia de la revolución disminuirían significativamente - aunque Rusia también ha mostrado interés en Rojava en los últimos meses, y potencialmente podría intervenir si el apoyo estadounidense disminuye.

Mientras que una alianza con los EE.UU. puede estar lejos de ser ideal, quizás simplemente se trate de una cuestión de vida o muerte. Mientras tanto, el hecho de que los artículos de la constitución de Estados Unidos han considerado a Rojava digna de apoyo militar - al menos temporalmente - sin duda aumenta sus posibilidades de salir del conflicto sirio intactos.

Y a menos que su proceso político progresista se deteriore de manera significativa como resultado de la alianza estratégica, su supervivencia debe ser vista como algo positivo.

Malo

Las posibilidades de que los EE.UU., dada su trayectoria política exterior histórica lamentable, simplemente "dejen ser a la Revolución de Rojava" son realmente bajas. Mientras que la amplitud de la interferencia dependerá de una serie de factores, Washington casi seguro tratará de animar a la administración Rojava para llevar a cabo ciertos compromisos políticos a cambio de su apoyo.

Si los líderes de Rojava conceden demasiado terreno a los EE.UU., se podría dar el inconveniente de la disminución en el apoyo de cualquier partidario de la política radicalmente democrática de Rojava.

Al mismo tiempo, la presencia de Estados Unidos en Siria también dan tanto a Daesh como a Al Assad la oportunidad de decir: ¡Oye, mira! ¡Los kurdos son marionetas de los cerdos imperialistas!". Los beneficios de esta propaganda para ambas fuerzas nacionalistas e islamistas en Siria podrían ser muy significativos.

Otro punto es que algunas fuerzas menos informadas sobre el terreno pueden comenzar a creer que los EE.UU. son una fuerza intrínsecamente buena para la región, lo que definitivamente no es así.

Tan sólo hay que mirar a los crímenes de guerra anti-kurdos cometidos por aliados súper poderosos de la OTAN en Turquía - que también están atacando Rojava - para darse cuenta de que la verdadera política de Estados Unidos es hipócrita e interesada.

El hecho de que una serie de países (incluida Rusia) hayan abierto oficinas de representación de Rojava y que en los EE.UU. esto no haya ocurrido, es también un fuerte indicador de la renuencia de los EE.UU. para apoyar políticamente a Rojava.

Como Kurdish Question ha señalado recientemente, la declaración de la Federación de Rojava - Norte de Siria del 17 de marzo del año 2016 fue rechazada por casi todos los principales actores en el conflicto sirio, además de Rusia.

Y los EE.UU. fueron uno de estos jugadores. Los funcionarios estadounidenses han dejado claro que no van a respaldar el proyecto político, lo cual es irónico (como mínimo), dado el hecho de que el propio EE.UU. es un país federal.

La gran razón para rehuir la experiencia de esta manera es que Washington aún quiere mantener su estrecha alianza con Turquía - que está fuertemente opuesta a cualquier tipo de autonomía kurda (ya sea en Turquía o en Siria).

Las recientes críticas a los soldados estadounidenses que llevan las insignias YPG en Siria de Ankara, por ejemplo, obligó a un portavoz militar estadounidense a señalar que las tropas estadounidenses no habían sido autorizados a hacerlo, y que habían recibido la orden de retirarlos.

Esta es una fuerte indicación del compromiso de Washington de no quedar en el lado equivocado del régimen cada vez más autoritario de Ankara.

Ninguna

Sopesando todos estos factores, hay aspectos positivos y negativos en lo estratégico, por lo cual es difícil llamar a la cooperación entre Estados Unidos y Rojava "buena" o "mala". En esencia, sin embargo, es probable que unas pocas docenas de tropas de operaciones especiales estadounidenses en el suelo generen muy poca diferencia de todos modos.

La gran mayoría de los combates todavía serán librados por las Fuerzas Democráticas de Siria. La reconstrucción de las comunidades después de la liberación de Daesh todavía será realizada por personas influidas o inspirados por la Revolución de Rojava.

Y la gloria de derrotar a Daesh recaerá sobre las Fuerzas Democráticas de Siria. Cualquier intento por parte de la EE.UU. de tomar crédito para cualquiera de estas cosas sería muy arrogante, y cualquier persona con cualquier sentido vería a través de sus intenciones.

Un punto final. Es muy posible que los EE.UU. solamente estén ayudando a las fuerzas de autodefensa por razones de propaganda - para demostrar que la administración de Obama se preocupa por derrotar a Daesh y que el Presidente está tomando la acción militar clara, pero limitada que muchos estadounidenses quieren ver.

Ese puede ser el enfoque principal de Washington. Y los efectos a largo plazo que una presencia temporal de Estados Unidos podrían tener en Rojava pueden llegar a ser mínimos. Al mismo tiempo, Rojava podría realmente beneficiarse de este apoyo estratégico - independientemente de las verdaderas intenciones de Washington.

Pase lo que pase en los próximos meses, esta alianza estratégica es sin duda un desarrollo del que tenemos que ser precavidos, y cuyo progreso tenemos que seguir con mucho cuidado.

Pero también hay razones para un análisis muy tranquilo y medido de la situación, como para conjeturar las conclusiones que podrían tener algunos de los partidarios internacionales de Rojava dando la espalda a uno de los procesos políticos más progresistas alguna vez desarrollados en el Oriente Medio, e incluso el mundo.

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1 comentario:

  1. Es muy interesante esta nota, creo que el interes de EEUU es siempre el mismo, el imperialismo y tu meodologia es romper totalmente este hermoso proyecto de la revolucion en Rojava, y como partcipe de solidaridad internacional con el pueblo Kurdo, debemos ser precavidos ante cualquier atentado de parte de EEUU. Es importantisimo que politicas del Pueblo kurdo sean concientes ante la barbarie que puede desatar mas intervencion del imperialismo.

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